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Los pesebres navideños de Nápoles

¡Desde la perspectiva de los sibaritas!
December 03, 2020
Reading time: 11 min.
Written by: Luca P.
Es imposible visitar Nápoles sin dar un paseo por los talleres que tapizan la vía San Gregorio Armeno, también llamada «la Strada dei presepi» o «la calle de los pesebres». Todos los años, miles de visitantes de toda Italia llegan hasta esta callejuela para admirar y comprar un arreglo confeccionado con figuras navideñas tradicionales artesanales, que son auténticas obras de arte del folclore local. Estos pesebres navideños napolitanos destacan por sus figuras elaboradas por artistas contemporáneos, representando tanto personajes tradicionales como también personalidades de la era moderna pertenecientes al mundo de la política, las noticias, los deportes y el cine; dando lugar a la creación de una alegre mezcla de folclore, sofisticación, humanidad y cultura popular. Las figuras y los pesebres navideños siempre se fabrican a mano, ya sea en madera o bien en terracota, con una delicada atención al detalle. Cada pieza es una creación única en su clase producida por artesanos expertos, y realzada con trajes confeccionados con telas de gran calidad. Al pasear por la «Via dei presepi» o «la calle de los pesebres», uno siente como si se sumergiera en una fiesta popular antigua, adornada con colores vibrantes y el envolvente aroma de las castañas asadas que ofrecen los vendedores ambulantes acompañados del dramatismo y la autenticidad propia de los napolitanos.


Sacro y profano

La recreación de la natividad, representando el belén con pequeños objetos de arte, es algo típico de las Navidades en Italia. Es una costumbre profundamente arraigada: es más, en ningún otro lugar se toma esta costumbre tan en serio como en Nápoles. Muchas familias empiezan a preparar su belén por un pesebre de cartón justo después del Día de Todos los Santos, el 2 de noviembre. Según la tradición, en Nochebuena todos los miembros de la familia se disponen en fila a su alrededor sujetando una vela mientras los más pequeños de la casa colocan el niño Jesús en el pesebre. En Nápoles es muy difícil encontrar un hogar que no tenga su propio belén. Esos belenes caseros son de los más variopintos: desde los de estilo minimalista, que incluyen un puñado de imágenes grabadas en madera, hasta los que ocupan una habitación entera y que son objeto de visita de amigos, vecinos y conocidos. ¡Para gustos (dimensiones y estilos), los belenes napolitanos!

La tradición del belén napolitano está repleta de historias, anécdotas, leyendas y supersticiones. Entre las figuras, se encuentra Benino dormido, un pastorcillo que suele colocarse en la colina más alta del belén. La tradición popular cree que Benino se quedó dormido y soñó con los belenes. Hay que tener cuidado de no despertarlo, o todo el belén desaparecerá. También suele haber una mujer con un niño cerca de una cueva, así como un pescador, ya que el pescado fue uno de los primeros símbolos de los primeros cristianos perseguidos bajo el Imperio romano. Además, suele haber un gitano, un obispo que recoge limosnas y dos buenos amigos, el tío Vincenzo y el tío Pascale, que personifican el Carnaval y la Muerte, junto con un amplio abanico de otros personajes cuyas singulares historias son contadas por las hábiles manos de los maestros artesanos y por las entretenidas historias de los napolitanos.





El papel de la comida en los presebres

Una tradición napolitana tan importante tiene que incluir, sin duda, otro aspecto fundamental de la cultura local, la comida. Hay varias estatuillas que describen el mundo de la cocina, e incluyen, por ejemplo, al pizzero, un panadero preparando el pan, una ama de casa amasando el pan y un cocinero con una sartén, su gorro y un cucharón. La estatuilla de Cicci Bacco es particularmente especial, porque tiene mucho significado. Lleva su nombre por Bacchus, el dios romano del vino, y que se representa generalmente con un cuerpo regordete y mejillas rosadas, frente a una bodega con una botella en la mano. Representa el vino, el placer de beber vino y los desterrados que se salvarán con la llegada de Cristo. Los pesebres napolitanos también cuentan con mesas adornadas, a menudo llenas de productos lácteos en referencia a los pastores, así como una variedad de otras delicias, como pizza, pan, vino, pasta, bife y platos locales tradicionales. A menudo, se muestran los dulces navideños locales y también se ofrecen durante las visitas navideñas para contemplar el pesebre de la casa. Entre ellos, se incluyen struffoli, roccocò, mostaccioli, susamielli y raffiuoli. Hace poco, también hubo estatuillas que representan a cocineros famosos de la televisión, como Antonino Cannavacciuolo de Campania, Jamie Oliver, Massimo Bottura o Carlo Cracco.





A Secular Tradition

The Neapolitan love for nativity scenes dates back millennia. One document from 1025 mentions a nativity scene in the Chiesa di Santa Maria, while in 1324, one was cited in the chapel of the Algani family home in Amalfi.
The Neapolitan nativity tradition as we know it today began to take shape at the end of the 1500s, when San Gaetano da Thiene created a nativity filled with figurines dressed according to the customs of the time in the oratory of the Santa Maria della Stelletta in the Ospedale degli Incurabili (Hospital for the Uncurable). Over the centuries, nativities were built using smaller and smaller figurines, until the first mobile nativity scene was built by priests of the Piarist order in 1627. After this, painted backdrops began to be replaced by three-dimensional landscapes and non-religious figurines started to appear.
It wasn't until the 1700s that nativities reached their full glory, thanks to King Charles of Bourbon, whose love of craftsmanship made these scenes extremely fashionable. Wooden statues were replaced with mannequins featuring a wire core, wooden extremities and terracotta heads. This period also saw the introduction of the "scoglio" — a sort of rocky cliff-face that housed a nativity scene, along with an increased number of figurines, including crowds of farmers, shepherds, fisherman, artisans, beggars, and noblemen, all represented doing their daily work or engaged in leisure-time activities. These figurines were so detailed and elaborate that they would steal the scene of any nativity! The king himself, who was skilled in manual work and the creation of devices, would surround himself with set designers, artists and architects in the creation of the royal palace's nativity scene. All Neapolitan citizens started to create nativities in their own homes, even those families of more humble means. They would use fewer figurines, a smaller scoglio, or a display case. Much like the ones used today, the eighteenth-century nativity scene displays a historic cross-section of society, paying homage to the customs of everyday life. It was born in an era that saw Naples transformed into a cultural capital, becoming a must-see destination for Italian and foreign travelers, such as Goethe or Lord Byron.





After this golden era, the tradition went by the wayside, with most large nativity scenes being permanently dismantled. The few that were saved include the famous Cuciniello Nativity, which is preserved, along with other 18th-century nativities, in Naples' San Martino Museum. There is also a magnificent, little-known collection of Neapolitan nativity scenes housed in the Bavarian National Museum in Munich. Luckily, the love of nativities never waned among the general public and the tradition continued to be passed down among artisans located on the aforementioned via San Gregorio Armeno, which continues to attract the interest of collectors, fans, and the simply curious, who each year follow the ancient ritual of andar per presepi, or visiting nativity scenes.
Are you wondering what famous celebrities from politics and show business are featured this year next to baby Jesus, Mary, Joseph and the shepherds? In 2020, Neapolitan nativity scenes honored recently deceased footballer Diego Maradona, who used to play for S.S.C. Napoli. They also featured many socially distanced figurines wearing masks. If you have the opportunity to visit a Neapolitan nativity scene in person, make sure to try traditional local Christmas sweets and stop by a pizzeria to enjoy the real McCoy. After you finish your authentic pizza, you can get back to visiting the almost infinite number of extraordinary nativity scenes that can be found in Naples. There are so many, it almost seems like Naples itself is one giant nativity scene!
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Written by: Luca P.