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El Prosecco y su gastronomía

Deléitese con sus deliciosas burbujas en las comidas
January 17, 2022
Reading time: 7 min.
Written by: Margherita T.
Prosecco... ya hemos escrito algo sobre su historia y, quizá más interesante, sobre los muchos cócteles que se pueden hacer con él. Pues bien, es lo menos que podíamos hacer ante esta exquisitez italiana que cuenta con las mejores certificaciones a nivel europeo y que sencillamente nos encanta. Estas conocidas burbujas, que forman parte de la tradición del noreste de nuestro país, se exportan al extranjero en grandes cantidades y se han puesto de moda en muchos países. Por supuesto, el Prosecco es muy popular también en toda Italia: una copa para celebrar como entrante, y a veces acompañando ciertas comidas, aunque, como veremos hoy, también puede ser un excelente e inesperado ingrediente para nuestras recetas. Seamos claros: la tradición culinaria veneciana nunca ha evitado enriquecer sus platos con una gota o un toque de vino. Sin embargo, gracias a sus particulares características organolépticas, el Prosecco puede convertirse en un ingrediente primordial, una faceta que probablemente todavía se subestima. Así, este célebre vino blanco es excelente no solo en los platos tradicionales a los que pertenece, sino también en recetas que no forman parte de la tradición italiana.

Actualmente, es frecuente revisar recetas consideradas «tradicionales», amoldándolas a nuevos ingredientes y sensibilidades, así como a la necesidad de experimentación y fusión con otras culturas. En este contexto, se da una nueva vida al Prosecco y, en algunos casos, puede incluso convertirse en un elementos indispensable. Al cocinar en casa, puede suponer un reto, pero también es divertido. Mientras cocinas y degustas un Prosecco, podrás dar rienda suelta a tu creatividad.



Pastas y arroces

Un risotto al vino espumoso (en este caso, Prosecco) es un manjar de manjares, una delicia para cualquier paladar, que no dejará indiferente a tus comensales. Un plato sencillo, pero lleno de aroma y sabor, cuya clave de elaboración está en saber elegir el grano adecuado: arborio, carnarolli o vianole nano. A continuación, se hace un sofrito con cebolla y mantequilla, se añade el arroz y se tuesta ligeramente antes de echar un buen chorro de Prosecco. Después de que el alcohol se haya evaporado (la sfumatura), se debe cocinar el risotto como manda la tradición e ir añadiendo un buen caldo de verduras cazo a cazo. Si deseas consultar la receta paso por paso, haz clic aquí. Además, no olvides que una de las grandes virtudes del risotto es que permite acompañarlo de muchísimos ingredientes distintos para enriquecerlo con un toque adicional. Por ejemplo, las gambas frescas son perfectas, pero además el queso gorgonzola dulce lo sorprenderá. Si por el contrario prefiere pasta en lugar de arroz, el Prosecco (vino blanco italiano) será su bendición en muchos de los platos a base de pescado, ¡así que solo tiene que elegir el que más le guste! Uno de los favoritos, por ejemplo, son los espaguetis con atún, cúrcuma o azafrán, acompañado con Prosecco. En este caso, la preparación del aderezo es también muy simple: fríe la cebolla en una sartén con aceite de oliva virgen extra, añade atún, cúrcuma o azafrán y mezcla con un vino espumoso. Podrás obtener los detalles de la receta en nuestra página web clicando aquí. ¿No te entusiasma el atún? Los mejillones, la botarga y las gambas, entre otros, también casan con esta receta.


Platos principales

El Prosecco puede sustituir el matiz clásico del vino blanco en muchos platos principales. Combina mejor con los platos a base de pescado, aunque también con la carne blanca es una excelente elección. De hecho, el sabor ligero y afrutado de este vino espumoso realzará el sabor de los platos ligeros y auténticos.
Por ejemplo, piense en los clásicos escalopines de ternera al limón, que suelen realzarse con un vino blanco sin gas, pero que también encuentran un excelente aliado en el Prosecco. Lo mismo ocurre con el pollo, que se puede freír en una sartén con nata líquida, cebolla, una gota de Valdobbiadene DOCG y alguna especia de su elección, como romero, pimienta y/o tomillo. El resultado es fenomenal: el pollo rociado con esta sabrosísima salsa es, para nosotros, algo sin lo que no podemos vivir.
Esta bebida versátil y muy sabrosa también puede utilizarse como base para la preparación de una salsa para acompañar muchos platos principales. Basta con calentar el Prosecco junto con un poco de nata líquida para cocinar, reducirlo y añadir un poco de almidón de maíz para espesar la mezcla. Una salsa sorprendente y a la vez sencilla -encontrará más detalles haciendo clic aquí- que se puede utilizar, por ejemplo, con gambas, pero también con una lubina al horno, con vieiras o con carnes blancas. En resumen, ¡déjese inspirar!


Postres
El Prosecco combina bien igualmente con muchos postres, ofreciéndonos como resultado verdaderos manjares (y a menudo inesperados). El pastel con crema de fresa del que hablamos aquí es increíble: su olor fresco y frutal junto con las preciadas burbujas provocarán una explosión de sabores en tu paladar. No tendrás que pensarte dos veces coger un trozo más… ¡o dos!
Otro postre fresco y atemporal es la tarta de queso de Prosecco. La versión sencilla es excelente, pero es incluso mejor, en nuestra opinión, la que lleva frutas del bosque, fresas o melocotones. Conócelas aquí.




Por último, pero no menos importante, para ingerir, desengrasar y refrescar el paladar, ¡no te puedes perder el sorbete o, si lo prefieres, el helado de Prosecco! Fresco, afrutado y con un toque de alcohol… ¿puedes imaginarte una forma mejor de terminar una cena? Tienes la receta aquí.

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